martes, 8 de diciembre de 2009

Hacer

La primera vez que me dirigí a ustedes por medio de estos editoriales lo hice con estas palabras: «mañana es mejor». Quise entonces sugerir que entre las añoranzas de pasados gloriosos y la confianza puesta en los proyectos para el futuro, optábamos siempre por la segunda alternativa. Todo estaba por hacerse y había muchísimas ideas prestas a ser convertidas en hechos. Finalizando un nuevo ciclo, quisiera hacer un breve balance acerca de aquel mañana que ya se ha convertido en hoy.
Lo más importante que vale la pena decir es que estamos haciendo. La gestión nunca se detiene, y sus ritmos dan poco tiempo, demandan reflejos rápidos. Y hacer –asumiendo la responsabilidad del Estado– es una decisión que además se toma a costa de muchos riesgos, especialmente el de equivocarnos, que en la arena política pocos asumen. Hacer, superando las posiciones retóricas y dando debate en serio, discutiendo las políticas públicas para producir realidad, y no como formas de litigar con adversarios.
Ahora bien, en toda esfera del orden público, hay algún grado de disociación entre la estrategia del discurso y el poder de los hechos. Quienes llevan muchos años «haciendo política» saben que los grandes asuntos sobre los que se decide pensando en la gente son, además, objeto de una minuciosa política de comunicación que se elabora considerando su incidencia en el equilibrio de poderes del momento. Y las contiendas se despliegan muchas veces sobre la base de asuntos cuya relevancia se mide meramente por la fuerza mediática que logre adquirir, sin demasiada relación con el impacto que las políticas tengan en la calidad de la educación a largo plazo.
En ese contexto, hay dos posibilidades: se puede optar por gestionar pensando en los debates mediáticos o por mejorar lo que se puede mejorar en el sistema educativo, pero no hay tiempo ni energía para ambas cosas. Históricamente el sistema político argentino alentó implícitamente y premió con éxitos y triunfos electorales la primera opción y, para los que escogen la segunda, reservó destinos menos prometedores. En cada sistema consolidado, quien se arriesga a subvertir los valores esenciales, habrá de enfrentarse a las consecuencias. Y nosotros decidimos hacer, sin importar las consecuencias.
Nos hemos dedicado de lleno a cosas tan «pasadas de moda» como fomentar el genuino compromiso con la enseñanza y el aprendizaje en la escuela, repensar el lugar de las familias, garantizar el acceso universal a los libros de texto, fomentar la formación de bibliotecas personales o jerarquizar las escuelas públicas por medio de una nueva oferta de idiomas y de la informática. Algunos de los logros de esta primera etapa son experiencias de política educativa inéditas –no solo en Buenos Aires, sino en toda América Latina– que ya han tenido repercusión positiva en diversos foros internacionales. Sencillamente porque mejoran en forma sustentable la calidad de la educación.
Por todo esto, quiero agradecer profundamente a los educadores que educan, a las familias que se alían con los educadores y a todos los que defienden a las escuelas públicas inscribiendo en ellas sus anhelos y sus expectativas, pero también a sus hijos. Y claro, mañana sigue siendo mejor. Siempre lo será, porque en eso consiste la utopía. Mientras tanto –y el mientras tanto es nuestra vida–, la propuesta es sencilla: seguir haciendo.



Revista Plural.Singular Año 2 Nº39 Diciembre de 2009

7 comentarios:

Carlos Miguel Silvestre 11 de diciembre de 2009, 12:27  

Mariano pienso y creo que los hombres seleccionan a sus formadores, decidí acompañarte en tu gestión porque vi en vos un docente en donde los proyectos fluyeron como el agua en el río y estos se convirtieron en acciones que sólo tuvieron un beneficiario, los chicos. Con vos el dialogar y la participación de la comunidad educativa, estuvo en el día a día en el quehacer aúlico. Reconocer que la teoría no vale si no se convierte en experiencia.
El fin es educar, se educa a través del ejemplo, la inocencia, la humildad, la honradez y los valores éticos; los ideales son los que nos lleva a constituir nuestro ser. Queda mal decir que soy educador, por mis alumnos, pero ello me lo demuestran en el recuerdo y en el reconocimiento. Ver en ellos hombres que integran nuestro sistema social. Sólo se que fui auténtico en mi accionar y solo di amor y profesionalización.
Renovaste el interés por la lectura, demostrando que con ella , el hombre reconoce, reflexiona y fundamenta. Con la computación la entrada como complemento el saber escuchar por los canales de la comunicación; conseguir la fundamentación y la investigación. Así podría seguir diciendo infinidad de acciones, pero sabés Mariano lo importante es como decís en tu artículo es ..."HACER"

Maria Reussi 11 de diciembre de 2009, 14:27  

Sin ninguna duda la Ciudad "pierde" a un Gran Ministro.
Maria Reussi

Anónimo 11 de diciembre de 2009, 18:11  

Grande Mariano... un Ministro excelente que hizo lo que se debe. Lamentablemente a veces la política paga de esta manera. Gracias por todo lo que hiciste por la educación en la Ciudad!

Anónimo 15 de diciembre de 2009, 11:20  

En el país que terminamos por creer que el "Todo pasa" de Julio Grondona es verdad, no resulta raro ver cómo se decidió la renovación, "oxigenación" (según Macri) del gabinete. Sale Narodowski. Y todo pasa. Entra Posse. Y todo pasa. Mientras el gobierno hace publicidad de sus logros educativos de los últimos dos años, y el cambio no parece reflejar la continuidad del proyecto. Pero, a no temer: todo pasa. Pasan los publicitados logros de la gestión. Pasan las declaraciones cuasi delictivas de Posse.
No nos va bien con esta filosofía. No es cierto que todo pasa. Al menos, no es cierto que esto suceda sin que debamos asumir luego las consecuencias. Seguramente Macri también pasará. Como pasó antes Telerman o Ibarra o De la Rúa o Domínguez.
Lo que NO PASA, es EL ESTADO. Ese Estado con mayúsculas en el que piensan y creen la infinita minoría de nuestros dirigentes.
Y como "todo pasa", los argentinos castigamos al Estado con algunos personajes que no están, no estuvieron, ni estarán, a la altura. Nombres propios sobran. Casi todos conocemos alguno. Son los que creen que ocupar espacios en "lo público" es sinónimo de enriquecerse, decidir por la vida de los otros, manipularlos, someterlos al poder, proponerles falas elecciones, etc.
Deseo que este "Hacer", que se me hizo despedida desde la primera vez que lo leí,no pase. Y que este hacer, no sea lo mismo que otros llaman haciendo. Este haciendo todavía entiende que a la plaza inaugurada, la sucederá esa misma plaza destruida, o que a los miles de baches tapados le aparecerán miles por tapar.
No es cierto que todo pase sin más. En el medio está la vida de la gente. La verdad verdadera. La que suele no tener voz.

Anónimo 15 de diciembre de 2009, 13:26  

Gracias Mariano por todo lo que hiciste, te felicito por la gestión, y gracias por el coro En Voz Alta, del cual formo parte. Lástima que en la política, ésta es una de las posibilidades...
La mejor de las suertes! un beso

armandotramas.blogspot.com 16 de diciembre de 2009, 6:59  

Hasta pronto Mariano, un Ministro del que siempre senti orgullo.
Ojala sigamos cerca.

Laura 18 de diciembre de 2009, 14:25  

Queda claro que el que HIZO sos VOS. Digo, como aclaración para el spot publicitario de "Hicimos, Hacemos, Haremos" ... El que hizo de verdad lo que ahora se publicita sos VOS. Gracias, Maestro.