martes, 7 de septiembre de 2010

La educación se va a los caños


Una cuestión que me parece muy extraña en torno a estos dimes y diretes respecto de la toma de escuelas secundarias en la Ciudad de Buenos Aires a causa del deterioro de los edificios es la falta total de debate acerca de la educación

Convengamos que mejorando el “ambiente” de los edificios lograremos que los “chicos” (como se dice ahora a cualquier persona de hasta 58 años y en ascenso) estén más cómodos, más calentitos y más seguros de que una viga no aterrice en una cabeza, pero eso no es condición para que sean más reflexivos, más críticos, más responsables, mejores ciudadanos que nosotros.

Podemos admitir que el estado de algunos  de los edificios escolares no es bueno y hasta algunos pueden admitir que la “toma de escuelas” por parte de grupos de adolescentes es legítima y legal y hasta positiva para la formación política… No me parece, pero quién sabe… Podemos admitir que todos los que estuvimos en la gestión somos en diferente medida responsables... yo me hago cargo. Pero lo que no se entiende del todo es que el único libreto de los actores del  actual debate sean los techos, las humedades y la calefacción y no los contenidos curriculares, los métodos de enseñanza, el nivel de los profesores o la exigencia a los alumnos. Uno de los chicos afirmaba por TV  que había humedad en la biblioteca de su escuela  y yo me preguntaba por sus libros: ¿estarán actualizados, serán suficientes para todos los alumnos y los profesores?

La discusión sobre el estado de la ciencia en nuestras escuelas desemboca en conceptos tales como, la loza, la albañilería y la pintura. La educación se va, literalmente, a los caños.

Sería estúpido argumentar que lo edilicio no es importante o que un baño limpio y no tapado es una quimera utópica irrealizable…. Pero los alumnos, los padres, los docentes ¿Están conformes con la educación en aquellos edificios que no tienen mayores problemas, incluso en escuelas privadas? Me parece que sería mejor aprovechar la situación para proponer mejorar la enseñanza. En serio.

¿Y saben qué? Quienes tenemos que conducir ese debate no son "los chicos". Somos los adultos quienes, se me ocurre a la luz de los resultados de las últimas décadas, mucho no hemos avanzado.

5 comentarios:

Laura 7 de septiembre de 2010, 9:36  

¡Gracias maestro por aparecer con tu lucidez! ¡Estaba haciendo falta! ¡Gracias por estar!

Flavio Buccino 7 de septiembre de 2010, 9:53  

Muy bueno. Coincidimos. Lo que deberíamos pensar es como transformamos la gestión del Ministerio (en todo el gobierno si es posible) para que vuelva a centrar en "lo educativo" sus acciones. Así como está diseñado los ministros coherentes terminan protestando porque no pueden ocuparse de su tema, así como los supervisores, directores y docentes dicen no poder ocuparse de lo mismo cada uno en su nivel... En la Argentina ya lo hicimos una vez (tu perfil "sarmientista" sabe de ello). Podemos volver a hacerlo...

Un gran Abrazo

PD.:Sería bueno que para "hacerse cargo" los funcionarios expusieran en que se equivocaron cuando estuvieron en la gestión... Para ver el nivel de autocrítica y posibilidad de cambio que tiene cada uno...

Carlitos 7 de septiembre de 2010, 11:06  

Excelente nota. Felicitaciones

Mariano 7 de septiembre de 2010, 12:30  

Si Flavio, en que se equivocaron, en que acertaron, que constuyeron, con quienes, a pesar de quienes... si; un balance infrecuente...

Anónimo 14 de septiembre de 2010, 1:05  

En relación al comentario de Flavio, me parece que hay que recordar que todos los actores educativos que mencionan tienen diversos niveles de responsabilidad en lo que hace a las condiciones de educabilidad de los alumnos y las condiciones en que enseñan los docentes de cada comunidad. No se habla de la cantidad de subsidios de cooperadoras que no se ejecutan dentro de las escuelas ni de lo perimido del concepto de cooperadora como existía hace 20 años. Hay que revisar el modelo y plantearse los niveles de responsabilidad de todos los que hacen a la educación.
Más allá de esto: sí, es patético que no haya nada de pedagógico ni de política educativa en el debate de la infraestructura de las escuelas. Ni hablar de la relación docente-alumno...