martes, 11 de agosto de 2009

No ceder en la enseñanza

Conversando con docentes en una escuela hace unos días, escuché a alguien decir: “en medio de la crisis, no se puede hacer nada”. Del fructífero debate que siguió a esa idea extraigo algunos puntos salientes para compartir con ustedes en éste, nuestro cotidiano punto de encuentro en Plural.

Una crisis es por definición una situación caracterizada por la dificultad y la complicación, un momento decisivo de consecuencias importantes donde se duda de la continuidad y se esfuman las certezas. Momento crítico y destacado del resto del tiempo, en la crisis no necesariamente funcionan las formas habituales de razonar y de proceder. Hanna Arendt escribió alguna vez que el signo más claro de la crisis es la desaparición del sentido común.

Pero la idea de “crisis” es también una idea de carácter local. No es posible concebirla como no sea desde adentro mismo de la crisis. A la distancia, la historia siempre se encarga de adjudicarle a aquello que cada época definió como un período crítico, un enclave más general en los procesos de conjunto de la escuela, en los ciclos de la política pública y el Estado, en los péndulos de la economía y en los giros ideológicos y culturales. Vale la pena entonces examinar nuestras ideas desde esta perspectiva.

Puede afirmarse que algunos fundamentos pedagógicos de la escuela se están revisando: la infancia que la pedagogía inventó hace pocos siglos ha mutado, y por ende las instituciones que la educan y protegen deben cambiar también. También es lícito reconocer que las dificultades económicas inciden en la disponibilidad de recursos estatales para la educación, y en estos sentidos generales, las crisis sí inciden en la escuela y las escuelas sí están en crisis. Pero la necesidad de los alumnos de aprender y la profesión de enseñar, no están en crisis. La iniciativa para mejorar las prácticas del aula no está en crisis. Y el deseo de las familias y los chicos de labrarse un porvenir mediante la educación y el de los educadores de especializarse en cumplir esa promesa, definitivamente no están en crisis.

La crisis no es argumento suficiente para la inacción, la resignación o la inmovilidad. Por supuesto que hay contextos en los que la tarea de educar se hace más difícil, pero desde este punto de vista, el de la gestión estatal, también se ve con mucha claridad que en la inmensa mayoría de las escuelas de la ciudad se está trabajando con mucha fuerza y entusiasmo desde los Proyectos Escuela, y que sin duda alguna las condiciones objetivas de la tarea han tendido a mejorar y no a empeorar.

Definitivamente no estamos en un momento crítico en el que se amerite suspender el sentido común, sino en un momento de apertura a las innovaciones, a las iniciativas y a las propuestas. Estamos en el momento de, como dice Estanislao Antelo no ceder en la enseñanza: de creer y crecer, de ofrecer un aporte, de seguir adelante y de darnos cuenta de que juntos estamos construyendo en nuestras escuelas valiosísimas experiencias educativas.
Mariano Narodowski
Editorial Periódico Plural Nº 30, agosto de 2009.
http://www.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/plural/plural_online/30/index.php?menu_id=22644

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