Escuela de Vecinos 09, Narodowski 1 minuto de silencio por las Vìctimas de Cromagnon

En el Salón Actos del histórico Colegio San José, más de 600 alumnos de cuartos años de escuelas medias privadas y estatales de la Ciudad, inauguraron los encuentros de “Escuela de Vecinos 2009” del Ministerio de Educación de la Ciudad.

El evento comenzó con una proyección en video que contó la experiencia 2008, cuando los jóvenes trabajaron sobre “inclusión y violencia”. La conclusión sobre inclusión el año pasado fue: “Despertemos para que nadie duerma en la calle”.

Antes de tomar la palabra, el Ministro de Educación Mariano Narodowski, pidió un minuto de silencio en memoria de las víctimas de Cromagnon. “Entre 1997 y 2008 hicimos un rastreo para evaluar cómo aparecía la palabra ‘adolescente’ en los medios de comunicación. El proceso arrojó que se la vinculaba fundamentalmente con “presumiblemente drogado”, y que aparecía casi exclusivamente en las crónicas policiales. Al adolescente se lo endiosa, se lo considera omnipotente. Hoy los adultos tratan de parecerse a los adolescentes, por eso tantas cirugías y tan poca gente con canas. Cuando los adultos de hoy éramos chicos sí nos importaban las canas, porque junto a las arrugas hacían que uno fuera respetado. El desafío de educar a los adolescentes significa hacernos cargo del lugar ambiguo, donde los grandes se quieren parecer a los chicos. Hace muchos años, los educadores decíamos “liberemos a los niños y adolescentes de las reglas y normas”, y de tanto decirlo no terminamos liberando de ellos. Hacerse cargo no significa mandar, sino tener responsabilidad sobre la persona, lo que necesita, lo que desea. Ser un interpretador hasta que tomen decisiones por si mismos. La adolescencia dura tanto porque los jóvenes actuales no terminan de completar ese proceso. Por eso nos importa tanto la Escuela de Vecinos, porque es una manera de hacernos cargo, abriendo puertas para construir el momento sin trampas, y haciendo un aporte a la política”, concluyó Mariano Narodowski.

El encuentro continuó cuando cada grupo de jóvenes contó qué estaba haciendo, qué les interesaba hacer, y el espacio de participación que esperaban: “…nadie tiene fe en los adolescentes pero nosotros elegimos ponernos las pilas para hacer algo para cambiar el futuro”, coincidieron.