miércoles, 22 de septiembre de 2010
martes, 21 de septiembre de 2010
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lunes, 20 de septiembre de 2010
Nuevas infancias y adolescencias
lunes, 13 de septiembre de 2010
Infinitos autores
jueves, 9 de septiembre de 2010
Catorce
Aclaraciones:
1)Si son pocas o son muchas: son muy pocas en relación a las necesidades existentes. El esfuerzo fue a razón de una nueva cada 45 días.
2)La mayoría están en el centro-sur de la ciudad que es donde están las necesidades. En el norte hay sólo una.
3)La mayoría de los nuevos edificos habían sido iniciados por anteriores gestiones (algunos 7 o 10 años atrás) La prioridad fue terminar lo que estaba empezado.
4)El listado no incluye centenas de nuevas aulas, nuevas bibliotecas, nuevos gimnasios, laboratorios, etc inauguradas en edificios ya existentes
martes, 7 de septiembre de 2010
La educación se va a los caños
Convengamos que mejorando el “ambiente” de los edificios lograremos que los “chicos” (como se dice ahora a cualquier persona de hasta 58 años y en ascenso) estén más cómodos, más calentitos y más seguros de que una viga no aterrice en una cabeza, pero eso no es condición para que sean más reflexivos, más críticos, más responsables, mejores ciudadanos que nosotros.
¿Y saben qué? Quienes tenemos que conducir ese debate no son "los chicos". Somos los adultos quienes, se me ocurre a la luz de los resultados de las últimas décadas, mucho no hemos avanzado.
lunes, 6 de septiembre de 2010
Ronda de fantasmas
Los amigos os de Encuentro Clínico nos avisan el jueves 30 de septiembre,en la Casa de la lectura, Lavalleja 924,se presenta el libro: Ronda de fantasmas (Diez figuras del malser contemporáneo) de Nancy Cardinaux y María Angélica Palombo. Los presentadores son: Alicia Terán (psicóloga) ,Eduardo Russo (crítico de cine) y Ana Kunz (socióloga).Coordina la mesa:Amalia Oramas
jueves, 2 de septiembre de 2010
¿Adulto? No, gracias.
El modelo de identificación social ya no es adulto: ¿a quein le importa crecer?: al contrario, un adulto con fisonomía adolescente parece ser el ideal de estos tiempos mientras que el resto de los adultos son dinosaurios de una especie en vías de extinción
Es este un mundo en el que ya nadie ostenta con orgullo las canas y las arrugas. Al contrario, ser adulto hoy significa asumir responsabilidades casi con tristeza. Es mejor perfirlarse despreocupadamente: si sigo sin crecer alguien se va a tener que hacerse cargo de mi. Y que sea ya.
martes, 8 de diciembre de 2009
Hacer
La primera vez que me dirigí a ustedes por medio de estos editoriales lo hice con estas palabras: «mañana es mejor». Quise entonces sugerir que entre las añoranzas de pasados gloriosos y la confianza puesta en los proyectos para el futuro, optábamos siempre por la segunda alternativa. Todo estaba por hacerse y había muchísimas ideas prestas a ser convertidas en hechos. Finalizando un nuevo ciclo, quisiera hacer un breve balance acerca de aquel mañana que ya se ha convertido en hoy.
Lo más importante que vale la pena decir es que estamos haciendo. La gestión nunca se detiene, y sus ritmos dan poco tiempo, demandan reflejos rápidos. Y hacer –asumiendo la responsabilidad del Estado– es una decisión que además se toma a costa de muchos riesgos, especialmente el de equivocarnos, que en la arena política pocos asumen. Hacer, superando las posiciones retóricas y dando debate en serio, discutiendo las políticas públicas para producir realidad, y no como formas de litigar con adversarios.
Ahora bien, en toda esfera del orden público, hay algún grado de disociación entre la estrategia del discurso y el poder de los hechos. Quienes llevan muchos años «haciendo política» saben que los grandes asuntos sobre los que se decide pensando en la gente son, además, objeto de una minuciosa política de comunicación que se elabora considerando su incidencia en el equilibrio de poderes del momento. Y las contiendas se despliegan muchas veces sobre la base de asuntos cuya relevancia se mide meramente por la fuerza mediática que logre adquirir, sin demasiada relación con el impacto que las políticas tengan en la calidad de la educación a largo plazo.
En ese contexto, hay dos posibilidades: se puede optar por gestionar pensando en los debates mediáticos o por mejorar lo que se puede mejorar en el sistema educativo, pero no hay tiempo ni energía para ambas cosas. Históricamente el sistema político argentino alentó implícitamente y premió con éxitos y triunfos electorales la primera opción y, para los que escogen la segunda, reservó destinos menos prometedores. En cada sistema consolidado, quien se arriesga a subvertir los valores esenciales, habrá de enfrentarse a las consecuencias. Y nosotros decidimos hacer, sin importar las consecuencias.
Nos hemos dedicado de lleno a cosas tan «pasadas de moda» como fomentar el genuino compromiso con la enseñanza y el aprendizaje en la escuela, repensar el lugar de las familias, garantizar el acceso universal a los libros de texto, fomentar la formación de bibliotecas personales o jerarquizar las escuelas públicas por medio de una nueva oferta de idiomas y de la informática. Algunos de los logros de esta primera etapa son experiencias de política educativa inéditas –no solo en Buenos Aires, sino en toda América Latina– que ya han tenido repercusión positiva en diversos foros internacionales. Sencillamente porque mejoran en forma sustentable la calidad de la educación.
Por todo esto, quiero agradecer profundamente a los educadores que educan, a las familias que se alían con los educadores y a todos los que defienden a las escuelas públicas inscribiendo en ellas sus anhelos y sus expectativas, pero también a sus hijos. Y claro, mañana sigue siendo mejor. Siempre lo será, porque en eso consiste la utopía. Mientras tanto –y el mientras tanto es nuestra vida–, la propuesta es sencilla: seguir haciendo.
Revista Plural.Singular Año 2 Nº39 Diciembre de 2009